EXTRACTO DEL CLÁSICO DE MEDICINA INTERNA DEL EMPERADOR AMARILLO
Daniel Pérez: Comparto la sabiduría de éste clásico de la medicina oriental, con la siguiente cita, en la que he añadido entre paréntesis, algunas palabras para ayudar a entender mejor los conceptos a personas no iniciadas. Aparte de ciertos detalles históricos y coyunturales, el consejo sigue siendo tan verdadero como hace 2.500 años. Espero que lo disfrutéis:
El Emperador Amarillo preguntó al maestro celestial Qí Bó: “He oído que en los tiempos antiguos las personas podían alcanzar la edad de 100 años, eran saludables y activos en su vejez; pero actualmente las personas están agotadas con 50. ¿Es debido a la anormalidades por la edad?, o ¿a descuido de las personas?”
Qí Bó contestó: “En los tiempos antiguos los hombres vivían de acuerdo con el Tao (el orden cósmico natural), con las leyes del yīn-yang (los cambios naturales y diferencias de los fenómenos), observando el método del destino, moderando su comida y su bebida, y protegiendo sus articulaciones, sus actividades diarias eran regulares, no eran ni impropias ni excesivamente fatigosas. De esta manera, eran capaces de mantener tanto su estructura física, como su espíritu y podían prolongar la duración natural de su vida a 100 años. En la actualidad las personas no son así, ingieren bebidas alcohólicas sin moderación, se mantienen ociosos a menudo y se entregan al sexo, y sus deseos agotan su esencia vital, consumen y disipan la energía genuina, no saben administrar la integridad de su existencia y resguardar su espíritu sino que se dedican a apresurar su corazón (a estresar su mente); contrarios a la existencia jubilosa, en sus actividades diarias dañan sus articulaciones; debido a todo ello, están debilitados con 50 años.
“En los tiempos antiguos los sabios enseñaron a todas las personas a evitar el vacío perverso (las condiciones que causan enfermedades crónicas y agudas) y el viento ladrón de las diferentes estaciones (las influencias climáticas extremas y también el ataque de agentes patógenos); cuando uno es sosegado, alegre y desprendido la energía genuina le acompañará; cuando uno concentra su esencia vital y su espíritu en su interior y se mantiene vigilante, la enfermedad no puede alcanzarle. Aquél que no es ambicioso, ni se mantiene ocioso, está libre de deseos, mantiene su corazón tranquilo y sin temor, cuando fatiga su cuerpo, no lo agota, mantiene su energía concentrada y conforme, y satisface sus deseos sin avidez, así puede alcanzar sus aspiraciones. Cuando la comida es genuina, desempeña el cargo de medicina; así como lo superior y lo inferior no se envidian mutuamente, no busca ni se deslumbra con las comodidades materiales de otros, pues es sencillo y honesto. Por ello sus aficiones no fatigan sus ojos, la lujuria no es capaz de confundir su corazón, sea cual sea el grado de estupidez, sabiduría o virtud no temen su influencia, porque su escenario es el Tao; pueden alcanzar la edad de 100 años manteniéndose activos sin debilitarse y realizar su voluntad íntegramente sin peligro.”
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